En esta receta lo primero es pedir disculpas a Argentina, Uruguay y Paraguay por usar su condimento sagrado para pringarlo con azúcar, vinagre, salsa de soja y tal. Pero, eso sí, el resultado vale la pena. Es espectacular. Y además, qué diantres, podemos enmascararlo en la llamada cocina fusión. Si es que el que no se consuela es por qué no quiere. Prueben a hacerlo. Y si les gusta picante le añaden al gusto y será hasta mejor.
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