Hay pocas cosas que den tanto placer como un buen pescaíto frito. Es un no parar de comer. En este caso necesitamos un buen producto, las sardinitas, y no estropearlo demasiado con una mala fritura o un punto de sal equivocado. Si se dan estos simples puntos, tendrás un plato riquísimo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Quieres comentar esta receta?