Para esta receta podemos usar el modelo light (el que yo he empleado) o el hard, que a veces también utilizo. La diferencia está en ponerle, o no, un par de cayenitas a la salsa. Si gustan, póngansela. No se corten. El contraste entre el dulzor de la batata y la potencia de la salsa les dejará hablando solos un ratito. La versión suave está pensada en la comida en familia, con esos niños a los que ni les gusta ni les conviene el picante.
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