Estamos ante un plato humilde pero con sabor. Utilizamos sargo o pescado similar que no es caro y nos da un buen resultado. Lo importante es la frescura del producto y la potencia de un caldo que hacemos casero. Si de paso nos entretenemos a quitarle las espinas, nuestros pequeños también disfrutarán de un plato que nos sorprenderá por su resultado final.
Mira en vídeo cómo se hace:
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